jueves, 15 de febrero de 2024

Intervención del Prof. Dr. H. c. Múlt. Luis Alberto Pacheco Mandujano, Mg. Sc., en la Ceremonia Oficial por el XXXIX Aniversario de Creación de la Universidad Peruana Los Andes

 

Intervención del Prof. Dr. H. c. Múlt.

Luis Alberto Pacheco Mandujano, Mg. Sc.

en la Ceremonia Oficial por el

XXXIX Aniversario de Creación de la Universidad Peruana Los Andes

 

Ciudad Universitaria, 18 de junio de 2022

Huancayo, Perú

 

 






·       Señor Rector Magnífico de la Universidad Peruana Los Andes, Dr. Fredi Gutiérrez Martínez.

·       Señores Vicerrectores Académico y de Investigación de nuestra querida Universidad.

·       Señoras y señores autoridades políticas y civiles de Huancayo.

·       Señoras y señores autoridades académicas de las Universidades Peruana Los Andes y Nacional del Centro del Perú.

·       Eminentísimo y Reverendísimo Señor Cardenal del Perú y Arzobispo metropolitano de Huancayo, Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, Societas Jesu.

·       Señoras y señores profesores, personal administrativo, comunidad universitaria en pleno.

·       Damas y caballeros.

 

 

Al iniciar esta breve intervención, quiero de inicio ofrecer este reconocimiento con el que me congratula mi querida universidad, naturalmente, a mis forjadores de vida Lucio Pacheco Pozo y Rosa Acero vda. de Pacheco, y a mis padres, Luis Antonio y Rosa Elena. El esfuerzo de vida de ellos rindió sus frutos: he aquí este humilde servidor y, básicamente, mis hermanos, infinitamente mejores personas y profesionales que yo. Gracias, muchas gracias a mis forjadores y dadores de vida.

Asimismo, mi gratitud, por supuesto, a mi secundus alma mater, la Universidad Privada Los Andes, que es como nació originalmente y que fue la que me acogió a inicios de la década final del siglo XX, hoy Universidad Peruana Los Andes de acuerdo a su ley de creación. Y, de manera muy especial, mi gratitud sempiterna a mis maestros Sócrates Zevallos Soto, quien desde hace poco más de un año mora ya al lado del Señor y desde las Alturas celebra con nosotros este aniversario upliano; igualmente, mi agradecimiento a los doctores Pablo Ilave García, José Quintanilla Huamán, Oscar Ninamango Solís, Alcides Chamorro Balbín e Isaac Matos Sotelo (QEPD). Ellos fueron, en mayor grado de responsabilidad, los alfareros que modelaron el barro que contiene el espíritu de jurista de este emocionado e irreverente hijo de la UPLA. Muchas gracias a ellos.

Mi gratitud también, cómo no, a mis compañeros de estudios, mis camaradas de vida. Con ellos no sólo nos educamos en aquellas maltrechas, pero siempre cálidas, aulas nuestras, en las que convivimos durante seis años de educación universitaria. Imposible olvidar la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Avenida Angaraes. Con todos ellos, mis compañeros, algunos ya partidos de este mundo, de igual forma construimos la historia de nuestra querida universidad. Gracias, muchas gracias también a ellos que forman parte de mi vida y de mi formación.

En mi memoria y en mi corazón, por otro lado, también estarán siempre presentes, y a ellos me dirijo, con enorme y especial gratitud: mis alumnos de la Facultad de Derecho entre los años 2005 y 2012 cuando dicté las cátedras de Filosofía del Derecho y Antropología Jurídica en nuestra querida universidad. A mis alumnos, a ellos debo decirles muchas gracias también porque para enseñarles debí aprender mucho más. El beneficiado de este proceso, tanto por lo dicho como por haber conocido a jóvenes tan comprometidos con la carrera, con la ciencia y con la axiología del Derecho y con los todavía incipientes objetivos que un día se trazará vivificantemente la Patria, el beneficiado, repito, fui sólo yo.

Y, por supuesto, en último término y aunque lo cite al final, pero no porque sea el último sino porque es el más importante de todos y por eso se le reserva para el momento culminante, mi gratitud a Dios Todopoderoso por haberme regalado la vida para vivirla en esta gloriosa patria peruana, tan maltratada y humillada por sus hijos; y, singularmente, agradezco a Dios por haberme dado la vida para iniciarla y desarrollarla a lo largo de sus tres primeras décadas en la gran Nación Wanka, de cuya raza indómita me siento siempre muy orgulloso y cuya identidad ha definido mi personalidad para proyectarme como ser humano que se identifica con una cultura milenaria, impertérrita y grandiosa, y cada vez que me he encontrado en Europa o en cualquier otra parte del mundo, llevo conmigo la tradición del Wallallo Karwancho.

El galardón que hoy recibo y que me honra tanto, pero que a la vez compromete y obliga a seguir siendo un mejor científico social y, sobre todo, una mejor persona y mejor peruano, es un galardón que lo ofrezco a todos y cada uno de los citados en estas breves palabras.

Por fin, para terminar mi intervención, tengamos muy presente, querida familia upliana, que el reto de la universidad en la actualidad ya no sólo es realizar inversiones económicas y formar buenos y sólidos profesionales, todo lo cual sin duda es sumamente importante; pero mucho más importante en este momento histórico es volver a ser humanos en toda la dimensión bio-psico-social-espiritual que el término implica. Ante la arremetida de ideologías anti-humanas, anti-vida y anti-familia que se han infiltrado en todos los espacios públicos y privados, incluso religiosos, de la sociedad Occidental a la cual pertenecemos, so pretexto de una posmodernidad que, para todo efecto, no es sino vino viejo en odre nuevo, cantilenas y engañifas que, como cantos de sirenas, embaucan las mentes de nuestra juventud para convertirlas en monigotes y factótums funcionales que provean para servicios y beneficios inconfesables de esa pléyade de oclócratas destructores de la humanidad, ante tal arremetida la respuesta desde la universidad debe ser parmenídea, esto es, una, sola, maciza y continua: ¡ESAS IDEOLOGÍAS NO PASARÁN! El humanismo perdido en esta segunda era de obscurantismo que vivimos es una necesidad a ser reinsertada al mundo a través de la universidad. Qué mayor gloria para nosotros que nuestra alma mater avance en esa línea.


¡Feliz trigésimo nono aniversario Universidad Peruana Los Andes!

Un gran y fraterno abrazo, con gratitud y humildad, de este hijo que se siente orgulloso de su madre académica.

¡Mil años más para nuestra Alma Mater!

Que Dios los bendiga a todos.

 

Muchas gracias.