jueves, 15 de febrero de 2024

Intervención del Prof. Dr. H. c. Múlt. Luis Alberto Pacheco Mandujano, Mg. Sc., en la Ceremonia Oficial por el XXXIX Aniversario de Creación de la Universidad Peruana Los Andes

 

Intervención del Prof. Dr. H. c. Múlt.

Luis Alberto Pacheco Mandujano, Mg. Sc.

en la Ceremonia Oficial por el

XXXIX Aniversario de Creación de la Universidad Peruana Los Andes

 

Ciudad Universitaria, 18 de junio de 2022

Huancayo, Perú

 

 






·       Señor Rector Magnífico de la Universidad Peruana Los Andes, Dr. Fredi Gutiérrez Martínez.

·       Señores Vicerrectores Académico y de Investigación de nuestra querida Universidad.

·       Señoras y señores autoridades políticas y civiles de Huancayo.

·       Señoras y señores autoridades académicas de las Universidades Peruana Los Andes y Nacional del Centro del Perú.

·       Eminentísimo y Reverendísimo Señor Cardenal del Perú y Arzobispo metropolitano de Huancayo, Monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, Societas Jesu.

·       Señoras y señores profesores, personal administrativo, comunidad universitaria en pleno.

·       Damas y caballeros.

 

 

Al iniciar esta breve intervención, quiero de inicio ofrecer este reconocimiento con el que me congratula mi querida universidad, naturalmente, a mis forjadores de vida Lucio Pacheco Pozo y Rosa Acero vda. de Pacheco, y a mis padres, Luis Antonio y Rosa Elena. El esfuerzo de vida de ellos rindió sus frutos: he aquí este humilde servidor y, básicamente, mis hermanos, infinitamente mejores personas y profesionales que yo. Gracias, muchas gracias a mis forjadores y dadores de vida.

Asimismo, mi gratitud, por supuesto, a mi secundus alma mater, la Universidad Privada Los Andes, que es como nació originalmente y que fue la que me acogió a inicios de la década final del siglo XX, hoy Universidad Peruana Los Andes de acuerdo a su ley de creación. Y, de manera muy especial, mi gratitud sempiterna a mis maestros Sócrates Zevallos Soto, quien desde hace poco más de un año mora ya al lado del Señor y desde las Alturas celebra con nosotros este aniversario upliano; igualmente, mi agradecimiento a los doctores Pablo Ilave García, José Quintanilla Huamán, Oscar Ninamango Solís, Alcides Chamorro Balbín e Isaac Matos Sotelo (QEPD). Ellos fueron, en mayor grado de responsabilidad, los alfareros que modelaron el barro que contiene el espíritu de jurista de este emocionado e irreverente hijo de la UPLA. Muchas gracias a ellos.

Mi gratitud también, cómo no, a mis compañeros de estudios, mis camaradas de vida. Con ellos no sólo nos educamos en aquellas maltrechas, pero siempre cálidas, aulas nuestras, en las que convivimos durante seis años de educación universitaria. Imposible olvidar la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Avenida Angaraes. Con todos ellos, mis compañeros, algunos ya partidos de este mundo, de igual forma construimos la historia de nuestra querida universidad. Gracias, muchas gracias también a ellos que forman parte de mi vida y de mi formación.

En mi memoria y en mi corazón, por otro lado, también estarán siempre presentes, y a ellos me dirijo, con enorme y especial gratitud: mis alumnos de la Facultad de Derecho entre los años 2005 y 2012 cuando dicté las cátedras de Filosofía del Derecho y Antropología Jurídica en nuestra querida universidad. A mis alumnos, a ellos debo decirles muchas gracias también porque para enseñarles debí aprender mucho más. El beneficiado de este proceso, tanto por lo dicho como por haber conocido a jóvenes tan comprometidos con la carrera, con la ciencia y con la axiología del Derecho y con los todavía incipientes objetivos que un día se trazará vivificantemente la Patria, el beneficiado, repito, fui sólo yo.

Y, por supuesto, en último término y aunque lo cite al final, pero no porque sea el último sino porque es el más importante de todos y por eso se le reserva para el momento culminante, mi gratitud a Dios Todopoderoso por haberme regalado la vida para vivirla en esta gloriosa patria peruana, tan maltratada y humillada por sus hijos; y, singularmente, agradezco a Dios por haberme dado la vida para iniciarla y desarrollarla a lo largo de sus tres primeras décadas en la gran Nación Wanka, de cuya raza indómita me siento siempre muy orgulloso y cuya identidad ha definido mi personalidad para proyectarme como ser humano que se identifica con una cultura milenaria, impertérrita y grandiosa, y cada vez que me he encontrado en Europa o en cualquier otra parte del mundo, llevo conmigo la tradición del Wallallo Karwancho.

El galardón que hoy recibo y que me honra tanto, pero que a la vez compromete y obliga a seguir siendo un mejor científico social y, sobre todo, una mejor persona y mejor peruano, es un galardón que lo ofrezco a todos y cada uno de los citados en estas breves palabras.

Por fin, para terminar mi intervención, tengamos muy presente, querida familia upliana, que el reto de la universidad en la actualidad ya no sólo es realizar inversiones económicas y formar buenos y sólidos profesionales, todo lo cual sin duda es sumamente importante; pero mucho más importante en este momento histórico es volver a ser humanos en toda la dimensión bio-psico-social-espiritual que el término implica. Ante la arremetida de ideologías anti-humanas, anti-vida y anti-familia que se han infiltrado en todos los espacios públicos y privados, incluso religiosos, de la sociedad Occidental a la cual pertenecemos, so pretexto de una posmodernidad que, para todo efecto, no es sino vino viejo en odre nuevo, cantilenas y engañifas que, como cantos de sirenas, embaucan las mentes de nuestra juventud para convertirlas en monigotes y factótums funcionales que provean para servicios y beneficios inconfesables de esa pléyade de oclócratas destructores de la humanidad, ante tal arremetida la respuesta desde la universidad debe ser parmenídea, esto es, una, sola, maciza y continua: ¡ESAS IDEOLOGÍAS NO PASARÁN! El humanismo perdido en esta segunda era de obscurantismo que vivimos es una necesidad a ser reinsertada al mundo a través de la universidad. Qué mayor gloria para nosotros que nuestra alma mater avance en esa línea.


¡Feliz trigésimo nono aniversario Universidad Peruana Los Andes!

Un gran y fraterno abrazo, con gratitud y humildad, de este hijo que se siente orgulloso de su madre académica.

¡Mil años más para nuestra Alma Mater!

Que Dios los bendiga a todos.

 

Muchas gracias.




 

miércoles, 26 de julio de 2023

¡Expongamos la falacia y el fraude a la luz de la razón!

Lima, 26 de julio de 2023 




El planteamiento del problema que ha generado la disyunción para elegir a los nuevos congresistas que ocuparán la Mesa Directiva del Parlamento, está formulado de una muy mala forma. Colocar el medio como si se tratara del fin, es un error no sólo lógico sino, además, ingenuo... y, por supuesto, es una engañifa más a las que estas gentes nos tienen acostumbrados. Me explico:

He escuchado atentamente distintas opiniones contrapuestas sobre el tema de la alianza fuji-cerronista para apuntar a la Mesa Directiva del Congreso. La mayoría de ellas, opiniones lúcidas, ilustradas y contenidas de bastante información, sin duda.

 

Por ejemplo, Aldo Mariátegui decía el lunes 24 en su micro-programa Yo caviar que: “... la política se trata también de hablar con el enemigo, con el adversario, y llegar a algún tipo de acuerdos; en el Perú yo no sé por qué les sorprende tanto esto. Churchill tuvo que hablar con Stalin. Lenin habló con los alemanes para que lo metan a Rusia a hacer la revolución con el Kaiser. Nixon habló con Mao. Y si vamos a la política criolla, Haya pactó con Prado y lo hizo presidente del Perú por seis años y Prado lo había perseguido, pero se necesitaba paz en esos momentos. El mismo Odría, después de todo lo que se odiaba con Haya, tuvo que pactar con él para el Congreso de los años '60... Entonces tampoco le llamemos 'repartija' y veamos tan mal estas cosas; no seamos tacainitas. Piérola pactó con los civilistas; pactó con los civilistas para derrocar a Cáceres y después vino la República Aristocrática y fueron veinte años de paz en el Perú. Entonces no sé por qué somos tan ariscos a esto...” (https://www.youtube.com/watch?v=3SLXb9PUcbE).

Por su parte, Víctor Andrés Ponce, redomado comunista hecho ahora liberal, en su programa “Percepciones” que se transmite a través de su canal de YouTube (“El Montonero”), casi en la misma línea que Mariátegui, dijo así: “Si para detener una Mesa Directiva conducida por el comunismo es necesario aliarse con sectores de la izquierda, ¡es lo correcto, es lo que manda el ‘Manual de la Buena Política’ y es lo que nos enseña la historia universal! Churchill, el gran estratega de Occidente, fue capaz de aliarse con Stalin para detener el campo de concentración nazi. Igualmente, las fuerzas de la centro-derecha deben tener la suficiente flexibilidad táctica para aliarse con sectores de la izquierda, ganar la conducción de la Mesa Directiva y evitar que el comunismo conduzca el Congreso. Estos ‘principismos’ que a veces surgen en los debates públicos, no son reales defensas de principios. Hay que recordar que principistas fueron Hitler; Hitler fue un principista, miren lo que produjo: masacre de millones de personas. Mao Tse-tung también fue un principista, nunca renunció a sus principios y produjo una masacre de millones de personas. Osama Bin Laden también fue un principista y ya conocemos las olas de terror y de sangre que dejó. El principismo, digamos, no nos dice nada. Lo que es correcto en la democracia y en el punto de vista republicano es: las personas que definen principios entienden que para avanzar tienen que pactar, llegar a entendimientos. A veces, como dicen los leninistas, hay que dar un paso atrás para dar dos adelante. Por lo tanto, la centro-derecha el día de hoy en el Perú tiene una sola obligación: detener una Mesa Directiva del comunismo. Ese es el principio fundamental que hay que defender, porque es la única manera de seguir preservando la libertad y alejarse de esos principismos etéreos...” (https://www.youtube.com/watch?v=-gR23JYumCA).

No voy a citar a más opinólogos. Con estos dos me basta para realizar el siguiente análisis.

Sin duda alguna, en democracia, es necesario conversar y, a veces, a despecho de Ramiro Prialé, sí hay que pactar. Y es verdad que existen momentos en los que se necesita pactar con el enemigo. No me cabe duda alguna. No obstante, el pacto con el amigo o con el enemigo, es siempre un medio. El fin es distinto a éste. Y es que el medio no es fin en sí mismo. El medio es medio para algo.

Aunque esta diferencia es absolutamente clara, nuestros opinantes han confundido (no sé si dolosa o imprudentemente) el fin por el medio y han colocado la situación de tal manera que el medio termina apareciendo como el fin de la alianza fuji-cerronista. Y esto, por supuesto, no es así.

Por ende, yerran Mariátegui y Ponce cuando, por igual, citan el que nos pretenden presentar como ejemplo de una justificación del pacto fuji-cerronista: la alianza de Churchill con Stalin. Yerran porque Winston Churchill pactó con Stalin con el objetivo de detener el avance nazi que amenazaba al mundo en los años '40 del siglo pasado y, con ello, lograr desarmar, desmilitarizar y dividir a Alemania, lo que fue visto por los conferenciantes como un “requisito para la futura paz y seguridad”. La Conferencia de Yalta tuvo ese objetivo. Es decir, después del pacto, vino la consecución del objetivo. Para ese objetivo sumaron sus esfuerzos F. Roosevelt y los EE.UU. Pero este ejemplo no calza en la alianza fuji-cerronista, sencillamente por una razón: porque esta alianza carece de objetivos prístinos. Es más, el pacto de marras carece de objetivos-nación.

En efecto, en este pacto fuji-cerronista, ¿qué tenemos? Pues bien, tenemos una alianza entre el fujimorismo keikista que afanosa y pragmáticamente busca librar a la señora Fujimori de la persecución judicial que la ha cosificado y detentar el poder para seguir arruinando la política nacional y, con ella, el nombre de su padre. Y en cuanto al cerronismo recalcitrante, auto-proclamado marxista-leninista-maoísta, lo cual se verifica en su Ideario Político que ha sido ratificado en la proclama hecha por Waldemar Cerrón esta tarde al juramentar el nuevo cargo (juró en nombre de su padre, Jaime Cerrón Palomino, a quien todos los huancaínos de viejo cuño conocimos y supimos de su condición de militante activo e ideólogo del maoísta Sendero Luminoso), el sectario objetivo inmediato es el mismo que el de Keiko: librar a Vladimir de las persecuciones judiciales a las que está sometido por delitos de corrupción. Keiko y Vladimir acaban de demostrar (aunque en la elección del Defensor del Pueblo ya había visos de esto) que los extremos sí se unen.

Bueno, en fin... ¡Listo! ¡En esa alianza se encuentra el medio! Ahora bien, ¿cuál es el fin del pacto? ¿Alguien sabe cuál es el fin de dicha “alianza”? Si alguien me dice que el objetivo, la finalidad de esa alianza, es “conseguir la paz”, tendremos que retrucar inmediatamente señalando que “la paz” no es objetivo, sino consecuencia de objetivos. O, si lo prefieren, es objetivo-fin de objetivos-medios. De manera que, descartando esa respuesta por ser una conjetura inválida, vuelve la pregunta: ¿cuál es el objetivo de la alianza fuji-cerronista?

La verdad del asunto es que NO EXISTE NINGUNA FINALIDAD. Sin duda alguna sí existen objetivos para los entrados en la alianza; empero, esos no serán jamás, de ninguna manera, objetivos-nación.

Tan cierto es esto que, precisamente por ello es que cuando el pasado lunes se presentó la postulación de la Lista N° 1 para la Mesa Directiva, el papel iba sólo. No lo acompañaba ningún acta de compromiso ni ningún documento en el que los entrados en el pacto se comprometiesen a realizar tales y cuales cosas como objetivos-nación. No hubo nada de eso.

Así, pues, que Aldo Mariátegui y Víctor Andrés Ponce no nos vengan a querer dar lecciones de historia, cuando las dan a medias cañas. Y tan a medias cañas las dieron que precisamente por eso, sus propios ejemplos les pueden explotar en sus propias caras. Veamos:

1. Cuando Pardo pactó con el aprismo, ¿quién ganó al fin de cuentas? ¿No fue acaso el aprismo el que gobernó el país desde el Parlamento? Y Pardo se creía, como Keiko ahora, muy vivo.

2. Lo mismo sucedió más adelante en el tiempo: cuando Odría pactó con el aprismo, ¿quién ganó al fin de cuentas? ¿No fue el aprismo el que terminó gobernando el país desde el Parlamento? Y Odría se creía, como Keiko ahora, muy vivo.

3. Cuando Mao pactó con Nixon, ¿quién fue el ganador de ese pacto felón? Y Nixon se creía, como Keiko ahora, muy vivo.

4. Cuando Lenin pactó con Alemania para obtener el financiamiento y apoyo de armamentos para hacer la revolución en Rusia tras el triunfo menchevique, ¿no fue acaso Lenin el gran ganador del pacto y Alemania la gran derrotada? Ya no cuento sobre los años postreros a la Primera Gran Guerra que llevó a Alemania al sufrimiento gracias a Lenin. Y los alemanes se creían, como Keiko ahora, muy vivos.

5. Cuando Alan y el aprismo alanista pactó con Fujimori en 1990 para que don Alberto ganase las elecciones, ¿quién fue el verdadero ganador de ese pacto? ¿Acaso no es cierto que Alan salió corriendo, más tarde, rumbo a Colombia en calidad de asilado? ¿Quién ganó, entonces, gracias a ese pacto?

6. Y más recientemente, cuando Keiko pactó con Vizcarra para que éste no renuncie a su condición de vicepresidente y fuese el sucesor de PPK, ¿quién fue el verdadero ganador de esa alianza? ¿Acaso no es cierto que Keiko terminó en la cárcel tres veces gracias a la intervención de los “fiscales héroes” digitados por el Lagarto y por su hoy –gracias a Dios– defenestrada ex fiscal de la Nación? ¿Quién ganó entonces con el pacto?


“Para mentir y comer pescado hay que tener cuidado”, reza el dicho. Y gracias a Mariátegui y Ponce, agregaremos al dicho que, para contar la historia, ¡también!

Es que, ciertamente, los pactos entre enemigos han sido siempre, en mayoría, marcados por la tragicomedia de la mutua traición. Y la historia enseña que los ganadores de esos pactos de enemigos siempre han sido los que fueron considerados noveles políticos.

Por eso me resulta ingenuo que Víctor Andrés Ponce diga que el objetivo de la alianza fuji-cerronista es: “... detener una Mesa Directiva del comunismo...”. ¡Por el amor de Dios!... ¿Alguien me podría explicar cómo es que estando un comunista en la Mesa Directiva se evitará que los camaradas comunistas de éste sigan avanzando en busca de consolidar sus objetivos rojos? Ya pactaron una vez; ¿por qué no pactarían, entonces, dos, tres o más veces? Una ventana abierta vale más que todas las puertas cerradas. El propio Mao (el ídolo del padre de los hermanos Cerrón) decía con apodíctica seguridad: “Una sola chispa puede incendiar toda la pradera” (Citas del Presidente Mao Tse-tung, Pekin 1966, pág. 221).

La “reflexión” de Ponce constituye una verdadera mozonada, una ingenuidad para la que él y nosotros ya estamos bastante grandes.

Ahora bien, descalificar –como lo hace Ponce– a los defensores de principios llamándonos “defensores de principismos” y, peor todavía, compararnos con Hitler, Mao u Osama, deviene desatino absoluto y vana adjetivación. Los principios –alguien tiene que decírselo al señor Ponce– son guías, son faros, son luz en el camino. La defensa de los principios no implica fanatismo. Pero aun si así fuera, de semejante extremo tampoco podría deducirse que, por tanto, hay que dejar de lado la defensa de los principios. ¿Qué le pasa a Víctor Andrés Ponce? ¿Su abandono del comunismo lo llevó a convertirse en un relativista protagórico, es decir, en el más ingenuo de los relativistas? Parece que sí. No se entiende, por tanto, tan artera ponzoña.

Por principios defendemos a la familia, a la vida y a la democracia. Por principios nos enfrentamos a Sendero Luminoso en los años '80 y afortunadamente sobrevivimos la guerra y estamos aún aquí para contar la historia. Por principios le paramos el macho al Papa rojo y a su mesnada de sacerdotes infiltrados que están destruyendo la Iglesia de Cristo. Por principios seguimos siendo apristas (quienes lo somos) a pesar de la debacle post-alanista. Por principios enfrentamos el caos oclócrata generado por el asno Pedro Castillo y sus huestes corruptas. En fin de cuentas, por principios seguimos apostando políticamente por un país que hace tiempo ha perdido el rumbo y aun así no nos desanimamos. Los principios son guías de fines, y nuestra acción los medios para llegar a éstos. ¿Qué acción final mueve a la componenda de la Mesa Directiva? ¡Ninguna! Es que esa no es alianza, no es pacto; es aquelarre, es guarida, es raposera. Es unión de felones.

Por último, que para justificar la vil componenda electa esta tarde, nadie nos venga con el cuento según el cual “si no era la Mesa 1 eran los comunistas”. Esa es historia manida. En su momento, con mucha razón, la disyuntiva “si no es Keiko son los comunistas senderistas” contaba con mucha razón. Los hechos posteriores a las elecciones fraudulentas de 2021 lo demostraron. Pero en el caso que nos ocupa, la situación es diametralmente diferente.

Es diferente porque: i) la disyuntiva de esta tarde no ha sido gestada por casualidad; todo lo contrario, ha sido consecuencia premeditada de larga data. Los que nos empujaron a esta situación sabían bien lo que hacían, procediendo de la misma manera como lo hizo Salas Arenas al arrebatarle el triunfo a López Aliaga y, en su lugar, colocar a Keiko Fujimori en segunda vuelta, generando una disyuntiva forzada de polarización absoluta. Así como en ese momento, la que ha culminado esta tarde ha sido también una disyunción forzada. No somos estúpidos y no nos tragamos el cuento de que “así se dieron las cosas”. ii) Esta disyuntiva pudo haberse acabado si los verdaderamente demócratas (y yo creía que éstos eran los congresistas de Renovación Popular) hubiesen hecho campaña para forzar una segunda vuelta con nuevas listas, redefiniendo así la correlación de fuerzas; lamentablemente, esos “demócratas”, en mayoría, también otorgaron su voto a la Lista N° 1.

Así pues, colocados bajo la égida de un razonamiento lógicamente incorrecto por su origen forzado, nos inyectaron a codazos y patadas una falacia. Hábilmente, otra vez, nos crearon y presentaron la falacia del falso dilema que consiste en llevar a cabo una simplificación de los hechos y, en lugar de señalar la existencia de más alternativas (y en nuestro caso teníamos una: la segunda vuelta), se reducen las opciones a sólo dos, de tal modo que, necesariamente, o se da una de ellas o se da la otra.

Por su propia naturaleza, toda falacia del falso dilema constituye un argumento que intenta encerrarnos entre dos situaciones límite: si eliges la opción A, te llevará a algo negativo; y si eliges la opción B, también te conducirá a algo igualmente malo. El objetivo de esta falacia es presentar un falso callejón sin salida en el que uno queda obligado a elegir “el mal menor”. Y el “mal menor” siempre es un falso dilema. Con éste nos han tenido engañados durante varios años. Pero ya es hora de desenmascarar esta farsa y exponerla públicamente. ¡Y debemos hacerlo por razones de principios! ¡No vamos a permitir que nos sigan poniendo entre Escila y Caribdis las veces que se les ocurra a los oclócratas que detentan el poder para fines personalísimos! El poder otorgado soberanamente no es para eso.

La realidad de los hechos, la razón y la inteligencia nos demuestran que ante tantas situaciones disyuntivas similares en las que se coloca al país en una situación límite para obligarlo a elegir “el mal menor”, no cabe explicar los hechos en base a la casualidad ni a la mala suerte. No existen tales.

La bestia tiene muchos nombres. Al menos 32 de ellos son conocidos (Aamon, Belia, Paimon, Agares, Baphomet, Asmodeo, Samael, Behemoth, Lucifer, Mammón, Astaroth, Baal, etc.). La bestia en el Perú tiene 116 nombres: 77 de ellos fueron votantes por la Lista N° 1 y 39 lo fueron por la Lista N° 2. Sus nombres, so bestias, han quedado escritos, en pliegos de papel higiénico reciclado, con pasta estercolada.

¡Pero hasta aquí llegaron!

 

 





martes, 20 de junio de 2023

A propósito del CEERS-1749, la "Galaxia Candidata de Schrödinger": El gran reciente descubrimiento del James Webb


En septiembre de 2022, el súper telescopio espacial James Webb, descubrió una galaxia, la CEERS-1749, a la que el equipo de astrónomos liderado por Rohan Naidu del Centro de Astrofísica de Harvard y del Smithsonian, ha bautizado con el sugerente nombre de "Galaxia Candidata de Schrödinger". Se trata de una galaxia que podemos ver pero sin saber dónde está realmente, ya que ha sido identificada en dos lugares diferentes del universo, a la vez.


Por si esto fuera poco, el James Webb ha calculado que esta galaxia nació unos 220 millones de años después del big-bang, es decir, data de hace unos 13,600 millones de años. El problema es que su brillo y su forma espiral son características impropias para la extremadamente joven edad que parece tener. Pero si esa fuera realmente su antigüedad, estos datos nos obligarían a reconsiderar la edad del universo (hasta ahora los cálculos indican que es de unos 13,770 millones de años) e, incluso, a reexaminar si realmente sucedió el big-bang, que no es sino una singularidad del espacio-tiempo de alta densidad. Ante ello, algunos astrofísicos como Ehan Siegel se están preguntando si, más bien, no hubo ningún comienzo, si no hubo jamás ningún big-bang y, en sus orígenes, el universo sólo fue más denso y caliente, pero cambiante y sempiterno, adoptando formas diferentes de energía per secula seculorum.

Me parece de todo punto de vista muy importante considerar que el problema de la comprensión del universo, de la gravedad y de su tejido espacio-temporal no radica en la realidad objetiva del universo, sino en la percepción humana que de todo ello tenemos.

Hoy sabemos, por ejemplo, que los colores no existen realmente, que lo único que existe es la luz y que es nuestro cerebro el que otorga a la luz la "definición colorífera" que advertimos en las cosas, de acuerdo a la interpretación sináptica que le corresponde a determinados movimientos cuánticos del fenómeno luz. Y como en el caso de ésta, también hemos logrado entender que aquello a lo que llamamos "dureza de la piedra", "frío del hielo" y, entre cientos de cosas más, el "pasar del tiempo de atrás hacia adelante", no son la dureza ni el frío ni tampoco el paso del tiempo. Todo ello no es sino sólo la forma como el cerebro humano entiende y le da sentido al mundo. Bertrand Russell le llamó realismo ingenuo. Lo mismo sucede con la ley de la causalidad.

Todo esto lo demostré con mi hipótesis de la ceguera humana contenida en mi libro Sofía y Teodoro: Diálogo en torno a la demostración lógica y ontológica de la existencia de Dios del año 2003, publicado en 2007. Años más tarde, en 2010, el profesor Stephen W. Hawking, juntamente con el célebre físico teórico Leonard Mlodinov, ratificaron la validez de mi hipótesis en su libro El Gran Diseño, de lo que di cuenta a través de mi  Quodlibetum VI titulado Sobre la ceguera del animal humano y el modelo mental de las cosas. Un breve relato de experiencia personal entre la política y la academia escrito y publicado en España en el otoño de 2011.

Los físicos deberían, por tanto, considerar juzgar la validez de las teorías cosmológicas por la consistencia lógico-matemática de las mismas y no en virtud de lo que resulta "lógico" para el imperfecto cerebro humano. Esta variable, como otras tantas, nos pueden conducir a la formulación de equívocos que nos obligan a posicionar sin razón, santificándolos en nombre del realismo (ingenuo, sin embargo), prejuicios sensoriales por sobre encima de la antedicha consistencia lógico-matemática de la ciencia.

Ya pasó con la Mecánica Cuántica que nos ha mostrado un mundo "ilógico", "imposible". Y pasó mucho antes con la hipótesis de G. Lamaître que fue rechazada por "absurda" y que, no obstante, fue retomada años más tarde, ¡y con razón!, en los '60, por los jóvenes audaces S. W. Hawking y R. Penroe,  cuyas propuestas de explicación teórica de los agujeros negros fueron ratificadas con el descubrimiento de la Radiación cósmica de fondo de microondas (CMB) realizado por R. Dicke y Y. Zel'dovich, primero, a inicios de los años '60, y por A. Penzias y R. W. Wilson, poco después, en 1965. Con y porellos, tomando como punto de partida los descubrimientos de Lamaître, fue formulada la teoría inflacionista del big-bang, ampliamente aceptada hoy por la comunidad científica. Aprendamos, pues, de nuestros errores y centremos aleccionadamente los estudios que se están realizando.

El telescopio espacial James Webb nos está mostrando el universo como nunca antes lo vimos. Se vienen meses y años fascinantes para la ciencia cosmológica. Allí es que, generalmente, me refugio muchas veces para huir del caótico y oscuro panorama que vivimos en el Perú.



Prof. Dr. H. c. Múlt. Luis Alberto Pacheco Mandujano, Mg. Sc.


Lima, fines del invierno de 2022.



sábado, 29 de octubre de 2022

Fateor nos verberant, nostra est flatus vocis

Cuando la estupidez no tiene límites y la doctrina del humanismo

no es sino una débil voz lanzada al aire




Luis Alberto Pacheco Mandujano[1]

 

 

“Tous les cerveaux de la terre sont impuissants face au genre de stupidité qui soit à la mode.”

 Jean de La Fontaine

  


Propongo a mis queridos hermanos colombianos que el año 2023 sea llamado en su país “Año de la constitucionalización de la estupidez”. Propongo este título para el año venidero como colofón y homenaje inolvidable que recuerde para siempre este 2022 que se va extinguiendo en estos días, aunque tal vez no tan rápidamente como han ido languideciendo en él las razones axiológicas, los argumentos humanistas y, probablemente también, las neuronas de casi toda la humanidad. Propongo ese epíteto para designar al año que no puede ser llamado de otra manera porque en el diccionario de la RAE no existen adjetivos lo suficientemente ricos y semánticamente precisos para explicar el infranivel escatológico en el que ha caído la masa humana que ha aplaudido febrilmente hasta enrojecerse e hinchárseles las manos, a la Corte Constitucional del gran país de Gabo, la que ha demostrado que el homo sapiens es una especie en presurosa extinción, por lo que los pocos especímenes que de ellos aún quedan no durarán mucho tiempo más en este mundo. Van de salida.

 

Propongo, además, que al anuncio del lema nominal del año venidero se acompañe un brindis de champagne chilado con una buena dosis de cianuro de hidrógeno al noventa y siete por cien de pureza, para beberlo de un tirón, saborearlo sin preocupación y secarlo sin temor a morir por envenenamiento. Es que nada puede matar lo que ya está muerto. Y la humanidad ha muerto.

 

Es verdad que murió primero Dios. ¡No! Realmente no murió. Nosotros le dimos muerte. Lo describió Nietzsche en boca de “el loco” linternero de La gaya ciencia. Lo matamos nosotros y reinó el hombre convertido en sujeto libre de deberes ontológicos, exento de responsabilidades éticas, ajeno a las obligaciones axiológicas, soberano dueño de su ser. ¿Cuál? Ninguno, pero libre, al fin de cuentas, como nunca antes en la historia.

 

Y después de haber asesinado a Dios, puesto que el hombre es, en mayoría y por regla general, y por supuesto entiéndase en ese saco misológico la ausencia de la honrosa excepción, el hombre es un ser de naderías –de hecho, de la nada vino y hacia la nada va–, un atormentado buscador del vacío silente, un desalmado ególatra crónico, un angustiado sufriente de enfermiza vocación tanática –lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit, Plauto dixi–, el hombre no podía conformarse con el deicidio. Tenía que eliminarse él mismo. Y fue así. Cometió ontocidio. Murió Dios y murió después el hombre. Éste, por tanto, no puede volver a morir. ¡Salud!

 

Y tras semejante suicidio, fue entonces cuando el discurso –que no el λόγοζ– inauguró el reino de la estulticia; una estercolera tóxica, nauseabunda, mundializada y sin fronteras, habitada por gente sin género, o sea, por individuos literalmente de-generados, esto es, imbéciles profesionales confeccionados

industrialmente y en serie que, habiendo esperado ser educados en nivel universitario por lobos, terminaron cultivando frenéticas lecciones impartidas por acémilas rentadas por fábricas del pensamiento, mientras aprendían a respirar metano en lugar de oxígeno. Se trata del reino comportado por patéticos peripatéticos que van y vienen sin poder comprender por qué se mueven, y aun así, se mueven. Seres craneodesérticos de errática etología cuya vida comienza y termina en el interior cuántico de sus teléfonos smart; homo videns que boquiabiertos y babeantes como pacientes lobotomizados se prosternan ante cajas bobas que, infaltables en todas las paredes de sus, ya no casas, sino cuyeros a los que rimbombantemente llaman depas, les proveen conocimiento futbolero y sabiduría farandulezca, ambas cosas lo único que se requiere para vivir decentemente en este novus ordo seclorum; entes de oligofrénica formación personal para quienes pensar es el verbo que designa el pecado social de defecar por la cabeza que, al alimón, podría llevar a cometer el gravísimo delito de salir de esa platónica caverna que habiéndose hecho cada vez más oscura con el devenir de los siglos, hemos avanzado en ella, a paso de cangrejo por supuesto, más profundamente hacia atrás; individuos que compiten desesperadamente para demostrar que existe una relación directamente proporcional entre la aceleración de sus crematísticas vidas y el incontrolable instinto filogenético que esta nueva raza de ex-sistentes lleva en sí, como mandato genético, según el cual sí es posible llegar a ser más tarado cada día si uno le pone empeño a tan encomiosa empresa.

 

En este reino de la felicidad sempiterna que es esparcida por redes sociales, donde el adverbio atrás no significa la parte posterior de nada, sino el punto geométrico de ubicación de algo que es captado desde el punto de vista relativo del observador (que no es Einstein, por si acaso) y por cuya razón, bien puede ser adelante o arriba o abajo, no importa, lo que al observador le parezca con tal de ser feliz; este reino donde los colores no tienen realidad ni nombres porque cada quien, en ejercicio de su libertad y de su libre desarrollo de la personalidad, puede llamarlos como mejor se prefiera; total, la física de la luz también es una construcción social; en este reino en el que nada es lo que es sino lo que se percibe (¡qué dichoso habría sido Berkeley viviendo en este tiempo y en este lugar!), y nadie puede contradecir que ello es así, so pena de ser tildado de facho, despedido del trabajo, telecualificado por el poder de la Corte Suprema de Justicia de la prensa masiva como un inadaptado, y expectorado del grupo social; en este reino, damas y caballeros, en este reino una singular taxonomía, en atención al método de la libertad de interpretación constitucional, acaba de reordenar la clasificación y jerarquía valorativa de los seres vivos. Por dicha razón, gracias a la Corte Constitucional de Colombia (que no es Colombia, sin embargo), una trucha se encuentra ubicada en una posición escalonada muy superior al nivel en el que se encuentra un feto humano, y más arriba aún de la inferior grada en la que reposa inseguro un embrión, también humano. En realidad, cualquier ser sintiente –que es como la inteligente jurisprudencia constitucional llama ahora a los animales que antaño, y bajo los pies del ser humano, eran considerados con razón, animales superiores e inferiores–, v. gr., un gato, un perro, una araña, cualquier oruga, una estrella de mar… ¡una trucha!... una trucha tiene más valor e importancia que un ser humano de origen.

 

No miento ni exagero. Si prefieren no creerme, dejemos que las sentencias C-148-22 y C-055-22 dictadas por la Corte Constitucional de Colombia, hablen por sí solas. Quizás así se convenzan por sí mismos de lo que estoy hablando.

 

 

SENTENCIA C-148-22

M. P. DIANA FAJARDO RIVERA

Expediente: D-14417

Bogotá, 27 de abril de 2022

 

La Corte Constitucional, en sentencia C-148 de 2022, declaró la inconstitucionalidad de las normas que permitían la pesca deportiva (artículo 273°, inciso 4., del Decreto N° 2811 de 1974; artículo 8°, literal c., de la Ley N° 13 de 1990; y, artículo 8° de la Ley N° 84 de 1989).

 

La decisión fue adoptada por el Tribunal tras encontrar que la pesca deportiva “es una actividad que vulnera el principio de precaución y la prohibición de maltrato animal”, por lo que debe excluirse del ordenamiento jurídico. En concreto, la Corte reiteró que existe un mandato de protección a los animales que se desprende del “Principio de constitución ecológica” (¿?), la función social de la propiedad y “la dignidad humana”. ¿La dignidad humana? ¿Cuál es la relación entre la dignidad humana y las truchas? ¡Dios santo!

 

La Corte Constitucional, además, llegó a esta conclusión en virtud del “Principio de precaución” (¿?), pues “si bien no existe consenso científico acerca de si los peces son seres sintientes, este principio ordena la intervención del Estado cuando existen elementos preliminares que permiten evidenciar un riesgo de daño al ambiente. Por ello, aunque no es posible determinar con certeza las consecuencias nocivas de la pesca deportiva desde la óptica del bienestar animal y los recursos hidrobiológicos, sí existe información científica que indica –según la Corte– la necesidad de evitar impactos nocivos en estos seres y su entorno”, por lo que se excluyó esta actividad.

 

 

Voto discordante del Magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar:

 

El Magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar comparte la decisión adoptada por la Sala Plena en el sentido que la pesca deportiva es una forma de maltrato animal que vulnera el derecho a la protección del ambiente sano, en su faceta de prohibición del maltrato animal como una obligación constitucional…

 

Con este pronunciamiento, la Corte reitera que los animales como seres sintientes merecen una garantía constitucional derivada de la responsabilidad de cuidado que tienen los humanos respecto de esos otros seres, lo cual está conforme con la Constitución. No obstante, en el Estado Social de Derecho en el cual debe respetarse tanto el principio de la dignidad humana como el derecho a la vida humana, resulta más que curioso y por lo tanto contradictorio que la jurisprudencia constitucional termine por otorgarle mayores derechos a los animales que los que tiene el ser humano en gestación. Claro que se deben respetar y garantizar los derechos de los animales como seres sintientes y por ello se respalda esta decisión, pero también se deben respetar y garantizar en toda su extensión los derechos del ser humano que está por nacer; lo contrario, se traduce  en  un  desconocimiento  de  valores  trascendentales  del  ordenamiento constitucional, como lo son la protección a la vida humana y la dignidad humana, en relación con los cuales la jurisprudencia y la doctrina universalmente aceptada han entendido que ningún bien o derecho es  prevalente o resulta más universal que del derecho fundamental a la vida, en tanto que la vida humana es anterior al Derecho…”

 

 

 

Sentencia C-055-22

M.S. ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO Y ALBERTO ROJAS RÍOS

Expediente: D-13.956

Bogotá, 21 de febrero de 2022

 

La Corte Constitucional, en su sentencia C-055-22, declaró la inconstitucionalidad condicionada del artículo 122° del Código Penal colombiano, en el sentido de que la conducta de abortar allí prevista, sólo será punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos expuestos en la Sentencia C-355 de 2006. Vale decir, en Colombia, el aborto ha sido eliminado del Código Penal.

 

 

Artículo 122° (Código Penal).- Aborto

 

La mujer que causare su aborto o permitiere que otro se lo cause, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses.

A la misma sanción estará sujeto quien, con el consentimiento de la mujer, realice la conducta prevista en el inciso anterior.”

 

 

Esta sentencia, además, resulta “congruente” con lo dispuesto en el artículo 90° del Código Civil colombiano, el cual fue declarado “constitucional” mediante la Sentencia C-591 del 7 de diciembre de 1995 (M. P. Jorge Arango Mejía). En dicho artículo se precisa que la persona sólo es tal desde su nacimiento, el cual acontece en el momento en el que el feto SE HA SEPARADO COMPLETAMENTE DE SU MADRE, es decir, cuando se ha cortado el cordón umbilical que une al neonato con la gestante. De ello se sigue que el feto no es persona antes de dicho corte de separación.

 

En consecuencia, al no ser persona, si el feto llegase a morir dentro de la cavidad uterina de la gestante (o sea, si fuese abortado por aspiración o por descuartizamiento) o, inclusive, aun si muriese por causas naturales o habiendo sido extraído al exterior fuese decapitado antes de realizarse el corte del cordón umbilical, el feto ni siquiera se reputará haber existido. ¡No habría existido jamás! ¿Qué fue entonces lo que la mujer llevó durante treinta y seis semanas en su vientre? El artículo 90° del Código Civil dice que lo que haya llevado la mujer en su seno era, simplemente, nada. Ni siquiera un ser sintiente, como sí lo es la trucha.

 

 

Artículo 90° (Código Civil).- Existencia legal de las personas

 

La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre.

La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber existido jamás.”

 

 

Después de haber conocido estas sentencias, que los “juristas” colombianos, latinoamericanos y europeos, juristas “de avanzada”, llaman “decisiones históricas por las libertades y por el planeta”, ¿deciden apoyar mi propuesta para denominar el año colombiano 2023?

 

Mi propuesta no pide mucho. No pide un cambio de legislación ni tampoco un cambio de magistrados constitucionales en Colombia. Mucho menos pide cambio de seres humanos (que sería lo ideal). Nada de eso. Mi propuesta es nada más que eso: una propuesta para que, en línea coherente con lo que viene sucediendo en este país, el 2023 sea llamado en Colombia “Año de la constitucionalización de la estupidez”.

 

Empero, a pesar de la simplicidad de mi propuesta, soy consciente de que en este reino de la estulticia, donde cualquier jumento puede ser elevado a la dignidad de “magistrado constitucional” –lo que queda demostrado con las anteriores sentencias “constitucionales”–, mi propuesta será etiquetada por otros pollinos y por grandes mesnadas como “discurso de odio”. ¡Ah, sí, por supuesto! ¡Faltaba más! Defender a los seres humanos por encima de la defensa de las truchas, es un “discurso de odio”. Y vendrán por añadidura una retahíla de adjetivaciones llenas de insultos y mierda de todos los colores (como cierta bandera de hoy), pero carentes de razones. ¡Ja! “Discurso de odio”.

 

El problema, sin embargo, al final de cuentas, no son los insultos de quienes los lanzan. El problema es el aplauso de la masa que, como masa que es, ya no ve nada y no puede comprender el sentido más profundo de lo que significa defender la vida humana y sus valores, por sobre encima de cualquier ideología. ¿Qué más puedo decir? Fateor nos verberant…

 

Miro el edificio de la Corte Constitucional de Colombia, el recinto que otrora albergó a juristas que tanto admiré, y en mi mirada trasunta el recuerdo del loco de La gaya ciencia. Entonces, se me antoja parafrasear el final de la sección 125 y expeler, con igual tono, energía y sentimiento, el grito asfixiado, doliente y desesperado de mi propio requiem æternam Deo:

 

¡¿Qué es esta Corte, ¡oh Dios!, sino tumba y

monumento fúnebre de la Constitución?!

 

 

 

Lima, inicio de la primavera de 2022.

 



[1]  Profesor de Filosofía del Derecho y Antropología del Derecho Penal en la Escuela de Posgrado de la Universidad de San Martín de Porres (Lima).


viernes, 26 de noviembre de 2021

Minería e izquierdismo fariseo


Por: Luis Alberto Pacheco Mandujano

Lima, 24 de noviembre de 2021


Posmodernia. Copyrigth 2021, todos los derechos reservados. España.


Incendiar minas y actuar como si nada pasara, ¿es racional?, ¿es legal? Bloquear carreteras, ¿es una acción de protesta legítima? Cerrar minas ante la violencia azuzada políticamente por el gobierno y por las ONG que viven del financiamiento del capitalismo internacional de la Open Society de Soros y de la Rockefeller Foundation, ¿es la solución a los “problemas sociales”, que no son sino problemas creados por los gestores del desorden que se presentan, después, como los “defensores del pueblo y del planeta” que tienen la solución para tales problemas? Que la PCM renuncie a su tarea de mantener el orden público, ¿es un acto constitucional?

 

Son preguntas contextualizadas cuyas respuestas son tan obvias que devienen tácitas, aunque portadoras de un agrio sabor de reincidencia.

 

En efecto, ya antes hemos experimentado a nivel mundial estratégicos ataques provocadores de inestabilidad económica e hiperinflación, auspiciados por intereses políticos que han afectado, por supuesto, al Perú. La crisis del petróleo de 1973 es un claro ejemplo de cómo es que petardeando la cadena de producción industrial de commodities se logra poner a los enemigos contra las cuerdas para destruirlos, en algunos casos, o para someterlos, en otros. Esto es exactamente lo mismo que está sucediendo ahora en el Perú. Lo que hicieron los árabes aquel año contra el mundo occidental lo están haciendo, casi de la misma manera y a su brutal estilo, los enemigos del país (entiéndase desde el inicio que me refiero a izquierdistas radicales y caviares).

 

En ese fondo estratégico, en realidad no se trata de una defensa concienzuda de la naturaleza, como siempre quieren hacerla aparecer nuestros “ecologistas” locales. Tampoco se trata de una preocupada lucha por la salud de los “pueblos originarios” y por su desarrollo económico. ¡En absoluto! Tampoco es, por último, ni siquiera, la materialización política de una ideología marxista-leninista que sólo propone caos y destrucción. No, no es nada de eso.

 

En verdad se trata de un gobierno autoproclamado al inicio y autonegado al final marxista-leninista (contradicción oligofrénica por delante), que de la mano de ese palafranero sector de la izquierda conocida con el certero mote de “izquierda caviar”,[1] integrada por fariseos personajes económicamente posicionados en sectores A y B de la sociedad peruana que ubicándose –no más que de palabra y por exotismo y excentricidad social– en una posición progresista, de hecho actúan, viven y se benefician de las bondades del sistema capitalista, vienen ejecutando en el Perú, en conjunto, una agenda que se inserta en el marco de un plan internacional gestado por los contralores del mundo moderno que, siendo poderosos capitalistas de primera fila, se disputan el mundo con otros capitalistas de diferente posición política, estratégica y económica. Los primeros son los financistas de nuestros fariseos; los segundos son los capitalistas tuertos, a un paso de hacerse finalmente ciegos, que actúan con recetas y guías sordas a la revolución keynesiana, lo que explica con precisión matemática por qué están perdiendo esta guerra.

 

Los primeros son los responsables de la planificación de la hecatombe contemporánea de alcance mundial, producida varias décadas atrás, de donde proviene la famosa Agenda 20-30, infiltrada de a pocos en la ONU por medio de factótums soldadescos y funcionales de perfiles inteligentemente idiotas que trabajan desperdigados en el orbe, sobre todo en los países latinoamericanos, africanos y asiáticos pobres, que actúan camuflados en nombre y representación de la llamada cooperación internacional y de los organismos internacionales de “protección de los derechos humanos”. Éstos han fortalecido, y vienen cristalizando ahora, la Agenda de marras, como proyecto político, a través del Foro de São Paulo que también vino a implementarse poco a poco desde Cuba hacia Venezuela, primero, y después a Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, encontrando resistencia en países como Chile, Colombia y Perú, donde se vienen librando duras batallas de resistencia democrática para evitar la consumación del plan.

 

La izquierda peruana, qué duda cabe, carece de cuadros intelectuales de valía. Es imposible encontrar en ella, tanto a nivel de los sectores más radicales como también de los ámbitos del fariseísmo caviar, a un Mariátegui, un Del Prado o un Diez-Canseco. ¡Y ya sería demasiado pedir un Engels o un Lenin! Sus dirigentes, sus periodistas, sus operadores políticos, sus raros militantes, sus think-tanks universitarios, sus mendaces oenegeros “defensores de la ecología y de los derechos humanos”, sus “intelectuales académicos”, todos ellos y los demás que los acompañan, expertos en el arte de la confusión, del engaño y de la creación de escenarios falsos que los hacen aparecer como si fuesen reales, son auténticos peones que moran, sabiéndolo o no, en un tablero de ajedrez en el que las piezas se mueven con mano ajena. Esa mano ajena es la mano del capitalismo heterodoxo que financia a estos grupos y organizaciones políticas, así como en el Perú, de la misma manera en el mundo. Se trata de la mano que los titiritea a distancia para digitar sus acciones, milimétricamente diseñadas para alcanzar objetivos de ganancias económicas, al fin y al cabo. Son los dueños de estas manos los dueños de la materia gris que sí piensa –y piensa muy bien, hay que reconocerlo–. Los otros, los ejecutores del trabajo político sucio, son empleados más o menos caros, más o menos baratos, pero siempre empleados ordinarios, de la gran empresa de alcance mundial.

 

Ahora bien, ante ello uno legítimamente podría preguntarse: ¿y no se dan cuenta éstos del papel que desempeñan en este espeluznante entramado? Pues con toda la “inteligencia” que los caracteriza, vale reconocer que, mayoritariamente, no se dan cuenta. Es que sus inteligencias son docta ignorantia in malam partem. Salvo pocos,[2] la gran mayoría de radicales y caviares ha internalizado aprehensivamente en sus consciencias la Agenda convertida en ellos en una suerte de catecismo que los ha convertido en acólitos de una dogmática religión civil que los informa como personalidades fanáticas, fideístas y, por tanto, irracionales. Éstos no tienen, en verdad, consciencia de que sirven a los intereses y encargos capitalistas de la más dura ala derechista internacional; incluso la enorme labor de ideologización a la que fueron sometidos muchos de ellos no los encegueció, porque ya eran ciegos. Los procuradores de las revueltas sociales en el mundo únicamente se limitaron a explotar, a su favor, las cualidades cerebrales de sus peones: incrementar en ellos el grado de estupidez genética que los caracteriza, logrando obtener como resultado que sus milicianos se creyeran la historia de asumirse como los nuevos cruzados del mundo. Son los talibanes del mundo occidental, pero sirvientes del capitalismo heterodoxo más abyecto que la humanidad ha podido conocer, capaces de entregar o quitar la vida (a lo Inti y Bryan) para el regocijo de sus “señores”. En otros casos, a los titiriteros sólo les basta “agudizar las contradicciones” explotando inmisericordemente las miserias y resentimientos históricos que, como también lo vengo diciendo desde hace más de dos, casi tres, décadas, tenemos que acabarlos y darles resolución como país, pues de lo contrario estas circunstancias seguirán constituyendo causa y motivo de vil y convenido uso de la buena fe del pueblo.

 

Los recientes ataques ejecutados por mesnadas entrenadas y parapetadas, fundamentalmente, por fuerzas de la izquierda caviar, a las empresas mineras Antamina, Apumayo y ahora Hochschild Mining, todo en menos de un mes, dan cuenta de lo antedicho y se insertan dentro de aquel cuadro estratégico de poner al enemigo contra las cuerdas para desgastarlo, agotarlo y finalmente destruirlo. Y lo están logrando de la mano de una estratégica y aprovechada alianza hecha, sin hacerle asco, con cipayos del Movadef y del PCP-SL infiltrados en organizaciones sociales y sindicales.

 

Los resultados de todo esto saltan a la vista. “Las acciones de Hochschild Mining se hundieron el lunes 27.22% ante la incertidumbre relacionada con su mina insignia Inmaculada en Perú, luego de que el país anunciara su intención de frenar las operaciones de dos de las minas que opera en la nación andina. Durante las operaciones del día, los papeles llegaron a caer hasta 57%”. Así ha informado el diario Gestión en su edición del lunes 21 de noviembre de 2021.

 

Estamos contemplando, pues, en inercia, la ejecución de la vieja “guerra de baja intensidad” tan bien conocida, desarrollada y usada por la izquierda de siempre. El enemigo de ésta en el caso concreto no lo representa las mineras per sé; su enemigo es el Perú de centro, el Perú democrático.

 

En efecto: el nuestro es un país eminentemente minero. Ciertamente nuestra economía es primario-exportadora y las bonanzas que hemos experimentado se deben a los precios siempre en alza de los commodities mineros. Carecemos de industria y ciertamente nuestra riqueza, por eso, en un mundo como este, no es sino una riqueza de espejismo. Es la reincidencia del período del guano y el salitre que habiendo dado lección no fue aprendida.

 

No tenemos industria porque no tenemos una burguesía, una derecha fuerte y consciente de su clase y de su ubicación y posición histórica en la patria. Y por ello la situación se hace peor: porque el ataque no es, reitero, contra la derecha, ya que ésta es una derecha apocada, amilanada, oportunista, convenida, intermediaria y virtualmente inexistente. El ataque frente a una derecha como esa es en verdad un ataque directo contra el Perú que literalmente vive, básicamente, de la minería.

 

Evidentemente, a los productores del desorden y de la destrucción esto último les importa un carajo porque en su ideario e imaginario kakitocrático tienen la concepción (falsa, por cierto) de que ellos reconstruirán el país para su beneficio. Permítanme soltar una carcajada y reírme a caquinos. No será, desde luego, la risa que sobreviene a un chiste; esto no es un chiste. Se trata de una risa nerviosa y de terror por lo que se viene para nosotros, para nuestros hijos y para nuestras futuras generaciones, a las cuales estamos condenando hoy, unos con la destrucción, otros con la inacción, y los más infelices con la cobardía de quienes sabiendo que pueden actuar para evitar que siga pasando lo que está pasando, prefieren no actuar.

 

La maqtada que ha actuado en estas últimas semanas contra la minería (léase, actuar contra el Perú) constituye el brazo enardecido de una chusma a la que han logrado convencer que son los oprimidos del mundo (aquí no había mucho trabajo que hacer porque en gran medida esto es cierto), que ellos son los buenos y que los blancos, los limeños y los empresarios son los malos de siempre, son la enfermedad. Y así como a la enfermedad se la acaba matándola, es necesario asesinar a blancos, limeños y empresarios. He aquí el resultado de haber atizado “las contradicciones”, lo que claramente se funda en avivar el “odio de clase” del que ya Abimael hablaba en los ’70 y ’80. ¡Odio! ¡Odio por lo blanco, por lo limeño, por lo empresarial!

 

Las huestes senderistas asumieron la doctrina del odio sublimándola como combustible accionante de su proceder criminal. En las “trincheras luminosas de combate” (como llamaban a las cárceles), entonando impertérritos las letras del Himno a la camarada Norah, los terroristas de Sendero cantaban diciendo

 

“… con odio de clase barremos tres montañas

asaltamos los cielos

con odio de clase barremos tres montañas

asaltamos los cielos…”

 

El odio también rinde sus frutos, qué duda cabe; podridos, pero frutos al fin y al cabo. Pregúntenle si no a la viuda de Abimael, a Elena Iparraguirre.

 

Y quienes siendo conocedores y fervorosos creyentes de esa doctrina de la muerte han follado aquel odio en las comunidades donde han vuelto a regar y exaltar, para cultivar después, la cólera, la rabia y la amargura históricos, con y a través de sus gamberras ONG –lavadoras de activos, dicho sea de paso–, son, curiosa e irónicamente, los empleados del capitalismo imperial de Soros y compañía. Esos son aquellos a quienes debemos, sobre todo, los conflictos sociales sudamericanos –y ahora también norcanadienses– que han producido violentas reacciones de pequeños grupos, bastante empoderados sin embargo, que han puesto en jaque al Estado de Derecho en la región. ¿Y todo para qué?

 

George Soros, los Rockefeller, la patulea de Davos, la de Bilderberg, la del G-5 y de todos los demás miembros del club, no son realmente “filántropos” ni espónsors de causas sociales en el mundo. La inyección de los millones de dólares con la que financian anualmente a los movimientos progresistas latinoamericanos no tiene la connotación real de “apoyo”; se trata, más bien, de una millonaria inversión. Su interés es derrotar y derrocar a los titulares del poder político y económico en los países de las riquezas naturales (o sea los nuestros) para instalar en éstos a gobiernos a través de los cuales se beneficien con la explotación de las riquezas que aquellos galifardos necesitan para seguir impulsando y fortaleciendo su poder imperial.

 

En fin de cuentas, damas y caballeros, son ésos los verdaderos beneficiados y victoriosos ganadores de los desmadres sociales que estamos viviendo. No se trata de una política marxista-leninista en ejecución; no se trata ni siquiera de luchas revolucionarias por la ecología o por los derechos civiles ni sociales. Nada de eso. Ya lo ven. Siendo dependientes del capitalismo del peor cuño contemporáneo, se trata de una izquierda coprolálica de devota vocación por la estupidez, por la oclocracia, por la destrucción y por la servidumbre. Se trata de una izquierda de miserable vocación farisea, lo que siempre les enrostro a esos hipócritas filisteos; se trata de una izquierda que, cual virus, infecta y destruye al país. Es a esta raza de enemigos de la nación a la que debemos resistir, enfrentar y combatir con inteligencia estratégica y táctica por el bien de la patria no sólo de hoy, sino por la patria del mañana. ¿Cómo vemos al Perú del 2040, del 2050 o del 2080? La respuesta a esta pregunta nos guiará en la lucha contra ese cáncer social que quiere ser metástasis que putrefacte el tejido social. No les vamos a dejar pasar. ¡No señor!

 



[1]  De la enfermedad social que representa la progresía caviar he hablado antes en otro sitio: cfr. Pacheco Mandujano, Luis Alberto, “El deformismo izquierdista de la nueva izquierda”, en: http://luispachecomandujano.blogspot.com/2020/09/el-deformismo-izquierdista-de-la-nueva.html

[2]  En Sudamérica, v. gr., hablamos de un Diego García-Sayán Larrabure, un Vladimir Cerrón Rojas, un Hugo Chávez, un Nicolás Maduro, un Luiz-Inácio Lula, un Evo Morales, entre otros pocos más que, en conjunto, no llegan ni a treinta personas.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

FALSEDAD Y DISTORSIÓN DE LA REALIDAD EN LA IDEOLOGÍA DE GENERO

 


El sábado 10 de julio de 2021, la Escuela de Posgrado Sophia de Lima organizó la conferencia titulada "Falsedad y distorsión de la realidad en la Ideología de Género" que tuvo por expositor al Prof. Luis Alberto Pacheco Mandujano quien, ante la falta de debate científico y la imposición de una censura a aquellos que piensan de manera diferente al statu quo impuesto por el establishment de lo "políticamente correcto", decidió plantar cara a la nociva ideología de género que ha penetrado en todos los ámbitos de la vida pública con efectos destructivos en los aspectos políticos, culturales, sociales y económicos.

En la misma línea racional expuesta por el Comité Editorial Salus, responsable de la publicación de la famosa Revista de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, que en el vol. 21, no.1 (abril de 2017), develó que "hace apenas 10 años, incluso cinco, la ideología de género era una chaladura de unos cuantos académicos. Ahora es una ideología política, que actúa como ideología oficial de varios países e incluye multas e inhabilitación a quien la critique, como es el caso de las llamadas 'leyes de privilegios LGBT' en distintas regiones" (pensamiento correcto que es replicado por el psicólogo español Damián Lucarelli), el Prof. Pacheco desmonta el discurso de la ideología de género, valiéndose de un análisis histórico, filosófico y político de profunda raigambre epistemológica, logrando desenmascarar como falsa esa estulta concepción.

La ideología de género es anticientífica, no tiene nada de ciencia y esto hay que decirlo en voz alta y con el lenguaje de la verdad para desbaratar sus retorcidos objetivos político-culturales.


miércoles, 25 de agosto de 2021

Teoría Dialéctica del Derecho

En el marco de las actividades de celebración del 1er. Aniversario de fundación de Café Jurídico Derecho & Sociedad, el Prof. Dr. H. c. Luis Alberto Pacheco Mandujano participó en el Ciclo de Conferencias organizado para tal efecto, ofreciendo una conferencia en la que expuso de manera sintética el origen y contenido de su ya reconocida Teoría Dialéctica del Derecho.


En su discurso, disertado la tarde del 25 de agosto de 2021, el celebrado jusfilósofo peruano hizo hincapié en la metodología dialéctico-científica que define y estructura el sentido filosófico, así como el contenido y desarrollo de su teoría, a la que los especialistas latinoamericanos han venido a considerar como la "superación de la teoría del tridimensionalismo jurídico de Miguel Reale", por explicar de manera epistemológica la relación dialéctica operante entre los hechos sociales, los valores y la norma jurídica.


En una parte de su exposición, el profesor Pacheco aprovechó la ocasión para reivindicar la metodología filosófica de la dialéctica marxista, diferenciándola de las distorsiones, falsificaciones y deformaciones ideológicas que caracterizan el "pensamiento" de los movimientos pseudo-progresistas de carácter revisionista que, aupados artificiosa y oportunistamente en los sostenes de la gran burguesía imperialista (Open Society, The Rockefeller Foundation, entre otros, v. gr.), se presentan como movimientos marxistas sin serlos realmente, envileciendo así a la totémica y potente doctrina del genial Karl Marx.


En ese sentido, condenó enérgicamente a los denominados movimientos políticos y oenegeros que en diversos países de América y Europa son conocidos con el mote de "caviares", vividores del rentismo de la cooperación internacional, fariseos que reconocen de palabra los postulados teóricos del socialismo científico de Marx, negándolos de hecho. También se refirió con merecidas duras expresiones a los movimientos terroristas que, como Sendero Luminoso, deformaron la teoría dialéctica hasta convertirla en una ideología maoísta de culto religioso-personalista con accionar criminal.


"Cuando se acusa, por ejemplo, a las propuestas político-ideológicas contemporáneas de la progresía peruana e internacional, a lo que conocemos con el nombre de caviarismo, y los acusamos de marxistas, bueno, yo tengo que protestar inmediatamente y decir, pues, [que] estos hipócritas y fariseos no son marxistas... La ideología de género, que es consecuencia de las más abyectas distorsiones revisionistas de parte de estos sectores ideológicos de la izquierda caviar son una vergüenza para el marxismo... Igual sucede con las acciones, por ejemplo, violentistas de movimientos terroristas como Sendero Luminoso que se alejan del marxismo para encumbrar a un maoísmo que francamente no merece formar parte del atrio del marxismo auténtico...", puntualizó el jurista limeño.


"Yo reivindico en esta teoría dialéctica del Derecho el gran valor epistemológico del marxismo. Me proclamo marxista, consecuente además. Y en línea consecuente con el marxismo, utilizo la dialéctica materialista para poder explicar, sobre la base de la ley de unidad y lucha de contrarios,... el origen del Derecho...", precisó el profesor Pacheco Mandujano para culminar su interesante intervención filosófica.


Link de la conferencia: https://youtu.be/KX2QwLVAfW4