Recibir la honrosa designación que me ha hecho el
distinguido filósofo del Derecho y autor de la obra, Doctor Luis Alberto Pacheco Mandujano, me obliga a hacer dos manifestaciones previas que tal
vez, por su irrelevancia, resulten contradictoriamente necesarias:
La primera, es que esta inmerecida posibilidad de prologar
un libro como este, que he leído en varias ocasiones –como se debe leer una
obra de esta calidad–, invita a la reflexión e induce al conocimiento profundo
de teorías lógico-argumentativas, principalmente filosóficas, con un tema por
demás complejo: “la existencia de Dios”. Abordar y desarrollar esta empresa no
es cosa fácil; sin embargo, la magistral forma con la que el autor emprende el
tema, la transforma en una obra amena, convirtiéndola en una de las diez obras
más interesantes que haya leído. Prologar es el sueño de cualquier apasionado
de la lectura, pero hacerlo de esta obra sería equivalente como pedirle a
alguien que admira a Lewis Carroll que prologue Alicia en el país de las maravillas; por
eso, la invitación del autor se convierte para mí en una oportunidad que
entusiasmado acojo.
La segunda, es la admiración y entrañable amistad que me
une con el escritor y que con ello, al mismo tiempo, une a dos países, a dos
culturas, a dos tradiciones hermanas, allanando él, con este trabajo, el camino
de grandes proyectos futuros, toda vez que, conociendo la capacidad del
literato, estoy seguro que el libro será la llave para ingresar a todos y cada
uno de los espacios culturales de México, beneficiando a nuestro país al traer
a un gran filósofo y jurista sudamericano, consolidado en varios países,
incluido el Viejo Continente. Por ello, la obra: ¿Dios existe? Sophia y Theodoro, Diálogo en torno a la prueba lógica y
ontológica de la existencia de Dios, será sólo el inicio para conocer e
introducirnos a la extensa obra del autor peruano, con el compromiso de
proyectar su pensamiento filosófico-jurídico en nuestro país. Sirva esta
pequeña nota introductoria como agradecimiento al insigne profesor, abogado,
filósofo y escritor Doctor Luis Alberto Pacheco Mandujano, por haber
permitido a la Barra Interamericana de Abogados la edición de este libro suyo y
a quien escribe el honor de prologarla.
La primera vez que recibí la obra, de manos del autor, al ver el título lo relacioné, instintivamente, con otro libro sobresaliente: Diálogos en el infierno de Maurice Jolie, quien a través de un recurso literario en forma de conversación imaginaria entre Macchiavello y Montesquieu nos revela mediante preguntas, respuestas y debates el pensamiento crítico-argumentativo de las dos formas de gobierno más trascendentes de la historia: la monarquía absoluta y la incipiente democracia francesa del siglo XVIII. Este recurso, que el Doctor Pacheco Mandujano utiliza magistralmente, nos lleva a un diálogo imaginario, cargado de profundo conocimiento filosófico –al estilo de los Diálogos de Platón– entre Sophia y Theodoro; la primera, pragmática, clara y contundente en sus apreciaciones; el segundo, imaginativo, perspicaz, dudoso, pero interesado en encontrar una respuesta a la pregunta ¿Dios existe? Esta reflexión ha sido atendida desde diferentes ópticas, en diferentes contextos, épocas y espacios. Cada una de las respuestas que se han ofrecido a la interrogante nos han dirigido a un sinfín de planteamientos a favor y en contra, incluso ha llevado a la humanidad a la guerra y distanciamiento entre criterios derivados de esta compleja pregunta que aún hoy no da respuesta satisfactoria al ser humano.
No se puede negar que la existencia divina de un Ser
Superior, de un Deus, extenuadamente
descrito, analizado, criticado, desprestigiado, rechazado y aceptado es un tema
tentador. Nuestro autor cayó también en esa sugestiva intención de analizar el
deísmo, haciéndolo de una manera distinta, por demás inteligente. Sólo una
mente brillante podría desarrollar un trabajo como este, a través, no de teorías
ni de filosofías o ideologías particulares; por el contrario, el profesor
peruano se acercó al quid de este
asunto haciendo uso de los métodos más racionales que hasta hoy conoce el ser
humano, alejando la metafísica, la filosofía especulativa, las corrientes
deístas o teocentristas que nos han inundado a través de la historia. Lo hizo,
en suma cuenta, mediante planteamientos lógico-estructurales, utilizando el
método proposicional, prácticamente acercándolo a un modelo matemático, que si
bien puede tener detractores –lo que es inevitable–, aun así debe reconocerse en
él que su fundamentación y estructura no tienen tacha, no hay espacios oscuros,
manifestando, a la vez, la claridad de pensamientos y solidez racional.
Como obra literaria, el esfuerzo debe ser reconocido como
un trabajo inductor para quien disfruta la lectura de un tema que invita a la
reflexión y al trabajo mental de alta envergadura. Podría decir que esta obra
está llamada a convertirse en un clásico de la literatura latinoamericana;
incita a disfrutar una bien llevada obra, ágil y divertida, pero a la par
también impulsa al lector ávido de conocimiento a sumergirse en las
concepciones lógico-proposicionales y a la filosofía del lenguaje. Concentra
hábilmente la suavidad de la literatura amable con el rigor profundo del
conocimiento estructurado que nos induce a un discernimiento gnoseológicamente
avanzado; pasa de la simple apreciación especulativa, de la opinión infundada,
a sostener válidamente cada una de sus proposiciones hasta formar argumentos
sólidos y convincentes, donde todo tema, toda dificultad, toda situación, por
más compleja que parezca, puede ser revisada, analizada, atendida y, por qué
no, resulta a través de la racionalidad estructurada, paciente y certera.
La
obra del Doctor Luis Alberto Pacheco Mandujano, publicada para México, tiene una
invitación más: alejar la opresión del pensamiento limitado, oprimido, acotado
por los parámetros establecidos de antemano por la política, los medios de
comunicación e incluso la religión, que constriñen al individuo a pensar de una
sola forma, por una sola línea. El autor limeño impulsa a reflexionar las cosas
de otro modo, desde otra óptica, con un enfoque distinto; aun cuando la dificultad
se presente desafiante, parece decirnos que el objetivo de su obra es que se
piense y se reflexione como se quiera, con tal que se reflexione, distraer al
pensamiento buscando alternativas, usando la dialéctica junto con la lógica,
impulsándola hasta sus últimas consecuencias. Nos invita a pensar, a
revolucionar el pensamiento, dándonos una vía de arranque, una palanca para
mover al mundo, demostrando que, si se quiere, se puede. Un país que pretende
crecer, salir de su ignorancia, impulsar a su sociedad, debe criticar al pasado
mejorando su futuro; eso sólo se puede lograr con un pensamiento lúcido y
profundo como el del Doctor Pacheco Mandujano.
La
profundidad epistémica del diálogo entre Sophia y Theodoro abre, pues, un
horizonte de sapiencia que tiene como tarea buscar, explicar y construir, no en
sí misma la respuesta a la divinidad, sino la forma en que demuestra que todo
problema plantea alternativas de solución. Pretender una verdad absoluta es ir
en contra del conocimiento, pero participar en la búsqueda de una respuesta es
gratificante, la que nos llevará a la comprensión compartida, argumentada y
participativa para encontrar soluciones, lo que debemos considerar no sólo una
forma de pensar, sino una manera de vivir.
Rubén
Pacheco Inclán
Barra Interamericana de Abogados
Ciudad de México, agosto de 2017
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